lunes, 25 de agosto de 2008

CALLES PRINCIPALES DE MI CIUDAD: VIGO.



Calles principales de Vigo
Homenaje a los hombres que hicieron la ciudad en el Siglo XIX
Puerta del Sol y arranque de Policarpo Sanz a principios del Siglo XX

AGOSTO 2006

Conocemos sus nombres, que para nosotros son calles. Pero la ciudadanía en general poco sabe de esos personajes que merecieron el honor de rótulos urbanos en virtud de su gran contribución al desarrollo de la ciudad.
Aunque nacido en Marín a mediados del Siglo XIX, Policarpo Sanz, acaudalado emigrante en Cuba, dispuso a su muerte que la ciudad de su madre, Vigo, recibiese una importante donación para la construcción del primer instituto de la ciudad, el Santa Irene, y el Hospital Municipal que hoy se denomina Nicolás Peña, además de legar la mayor parte de los cuadros que componen la colección de Castrelos, más de noventa óleos.
Contemporáneo y amigo de Policarpo Sanz en La Habana - ambos se dedicaron a actividades financieras - fue José García Barbón, natural de Verín, quizás el mayor benefactor que tuvo la ciudad. En Vigo se instaló cuando ya contaba con edad avanzada; pero tuvo tiempo para construir y donar el magnífico edificio de la Escuela de Artes y Oficios y ayudar generosamente a numerosas instituciones de caridad.
Tras su fallecimiento, en 1909, los herederos cumplieron con su deseo de levantar el esplendoroso - en su época y ahora - Teatro García Barbón, que debería llevar su nombre junto a la denominación Centro Cultural Caixanova.
Dicen las crónicas que su entierro constituyó una manifestación de duelo popular. Después le pusieron calle, un reconocimiento que él se negó a aceptar en vida, incluso amenazando con dejar la ciudad. Curiosamente, las avenidas de Policarpo Sanz y García Barbón, que, como decíamos, tuvieron una buena relación en su tiempo, se suceden.

Otros emigrantes que dejaron huella
Donde finaliza García Barbón comienza la calle de Antonio Sanjurjo Badía, otro coetáneo y al igual que los anteriores emigrante en Cuba; pero a diferencia de ellos su contribución a la ciudad no se realizó con obras benéficas, sino con la creación de nuevas industrias y numerosos puestos de trabajo. Originario de Sada (A Coruña), a su regreso de la Gran Antilla eligió Vigo para sus emprendimientos, entre ellos La Industriosa, y se convirtió en uno de los líderes industriales de la ciudad.
Al igual que en el caso de García Barbón, su fallecimiento, en 1922, produjo un gran impacto entre los vigueses: cerraron todas las fábricas y miles de personas, la mayoría trabajadores, formaron el cortejo fúnebre. Y es que Antonio Sanjurjo Badía, en unos tiempos en que los obreros estaban desprotegidos, había creado en sus empresas una especie de caja de previsión que servía para asegurar a los operarios un retiro vitalicio y una garantía de salario mínimo en caso de enfermedad.
Como destacado filántropo ejerció Ramón Nieto, quien salió de Vigo hacia Chile en 1870, con quince años de edad. Comenzó trabajando en las minas de salitre del norte del país, para terminar por convertirse en uno de los primeros empresarios del sector. Fundó más tarde el Banco Español, y dos compañías de seguros.
Su preocupación por la educación de los jóvenes le llevó a donar a Vigo las Escuelas Nieto, que a lo largo de muchos años resultaron de tanto provecho social en el área de Cabral.
Lo mismo hizo, financiar centros de educación, Tomás A.Alonso, nacido en Coia en 1835 y emigrante en Montevideo.

Algunas personalidades singulares
Norberto Velázquez Moreno era un negociante que llegó a Vigo mediado el Siglo XIX procedente de La Rioja. Convertido en importante industrial, a él se debe el primer teatro que tuvo la ciudad, que él mismo dirigía y que se encontraba en la Plaza de la Princesa.
En diversos emprendimientos - entre ellos el que fue importantísimo Lazareto de San Simón - colaboró con Velázquez Moreno Nicolás Taboada Leal, de Viveiro (Lugo), médico y hombre multifacético que desarrolló actividades científicas, literarias y de investigación histórica, dedicando sus mayores esfuerzos a promocionar la higiene y salud públicas.
También del norte de la provincia de Lugo, de Foz, era Antonio López de Neira, comerciante y amante de las nuevas teconología de la época. En 1880, en su casa instaló la primera luz eléctrica que se conoció en Vigo, generada mediante un sistema importado de París. También fue el primer ciudadano que contó con teléfono, por lo que cabe suponer que, siendo el único, tendría al menos dos aparatos terminales, por ejemplo en su residencia y en su negocio. Fue Don Antonio personaje muy popular en su época.
Uno de las figuras más destacadas de aquel Vigo decimonónico fue Emilio García Olloqui, éste sí nacido en la ciudad. Poeta de inspiración épica, autor de tremendos dramones e incluso de malas zarzuelas, fue, también, unos de los principales promotores urbanísticos de nuestra ciudad, inspirador de una porción sustancial del Vigo que hoy conocemos.
Impulsor del derribo de las viejas murallas y del proyecto de "Nueva Población", en un principio La Alameda, como parque de la urbanización aledaña que construyó, era de su propiedad particular.

Y dos políticos fundamentales
Asimismo natural de Vigo, a pesar de su primer apellido, era Angel Urzáiz Cuesta, uno de los escasísimos políticos de fuste que produjo esta ciudad de empresarios. También periodista, llegó a ser ministro de Hacienda y senador vitalicio, lo que aprovechó para desde Madrid favorer no poco las obras del puerto de Vigo y realizar otras gestiones en beneficio de su ciudad.
En cambio, en vigués de adopción se convirtió José Elduayen y Gorriti, madrileño de origen vasco nacido en 1823, un hombre y gran político que resultó fundamental para el despegue urbano e industrial de la ciudad. Llegó destinado a Galicia en 1856 para ejercer su profesión de Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, que representó al distrito de Vigo en el Congreso. Próximo a Cánovas del Castillo, ocupó diversas carteras ministeriales hasta en ocho ocasiones y fue gobernador del Banco de España y también presidente del Senado
A todos ellos y a muchos otros - con calle o sin calle - les debe Vigo su agradecimiento. De manera harto significativa y como habrá observado el lector, una alta proporción eran de procedencia foránea, hombres que se fundieron con esta ciudad.
Texto: BLAS CAÑADA

1 comentario:

Gloria dijo...

Hoy por primera vez he sabido de este blog. Me gusta la idea de homenajear a los hombres que hicieron de Vigo una ciudad puntera dentro de Galicia.
Yo, por mi parte hace unos meses que también estoy haciendo lo mismo en el blog www.cscoia.com del Centro Social de Coia porque creo que los vigueses y los que residen aquí tenemos que saber algo más de la historia de nuestra ciudad y esta es una de las maneras de conocerla.
Saludos. Gloria.